Alumno: Martín Sastrè Martínez.
Sede: Preparatoria abierta Tabasco 03
Tutor: Elsa María Keinrad Ibarguengoitia
MATA, María Cristina “Medios: ¿Desde dónde pensar la acción ciudadana?” en Veedurías y Observatorios, Colectivo La Tribu (Coords), Ediciones La Tribu, 2003. (22-27)
Estrategias que vinculan con el derecho a la información y la comunicación que la sociedad toda tiene; con la democratización de la comunicación, para producir una nueva hegemonía.
La ciudadanía tiene una cierta percepción de los medios masivos y una cierta relación de los medios masivos y una cierta relación con ellos y con esa compleja esfera de prácticas que recubre la comunicación masiva. Por eso el autor considera alguna vinculación de la población con los medios masivos.
Primero plantea una necesaria distinción conceptual entre algunas figuras que muchas veces asumimos de modo indiferenciado para referirnos a los individuos en su relación con los medios masivos. Es decir a tener principios claros de comprensión de ciertas dimensiones y condiciones diferenciadas que los individuos asumimos frente a los medios masivos de comunicación: la de públicos, la de consumidores y la de ciudadanos.
Hablar de públicos, es hablar de entidades colectivas, de grupos que se reconocen como tales en función de comportamientos del orden de la adhesión, del vinculo estable, de la interacción estable con un peculiar tipo de sujeto que lo interpela de modos particulares.
Ser público es reconocerse como parte de un conjunto mayor que realiza las mismas acciones y, en ese sentido, compartir códigos, saberes, percepciones, gustos, valoraciones, actitudes que permiten comunicarse con otros, identificarse, distinguirse, acordar, polemizar.
Consumidor se entiende como quien adquiere o usa habitualmente un determinado bien o producto cultural. Ver un programa no equivale a formar parte del público de ese programa. Ser público de todos o de algunos programas implica una condición desde la cual non solo se consumen esos medios y productos, sino que se actúa. El ejercicio de la ciudadanía ha desbordado en el marco de la teoría política, la estrecha esfera de la titularidad y ejercicio de los derechos civiles y políticos de carácter universal íntimamente relacionados con el sistema de gobierno y la estructura social y económica de un país. Comenzó la ciudadanía a nombrar un modo específico de aparición de los individuos en es espacio público, caracterizado por su capacidad de constituirse como sujetos de demanda y proposición en diversos ámbitos vinculados con su experiencia: desde la nacionalidad y el género hasta las categorías laborales y las afinidades culturales. Según Manuel Garret plantea que la ciudadanía es la reivindicación y reconocimiento de derechos y deberes de un sujeto frente a un poder. Ser ciudadano es una condición que se adquiere en términos de práctica social, política y cultural.
Lo que trata el autor es de imaginar y proponer estrategias de tipo ciudadano, de reconocimiento de derechos frente al poder representado en y por los medios y de deberes, colectivos para garantizar esos derechos. Derechos que debemos asumir los individuos no solo en tanto ciudadanos, sino individuos que a la vez somos públicos de los medios.
Existe un claro rechazo de las informaciones tendenciosas y la imposición de opiniones por parte de los periodistas, también se crítica la existencia de agendas únicas. Lo que el publico demanda son informativos que ayuden a crecer, a educarse y que con tribuyan a formar opinión.
Los informativos deben brindar datos precisos acerca de la realidad, investiguen lo que sucede, profundicen las noticias y les den seguimiento para que los hechos puedan ser debidamente comprendidos y valorados.
Se espera que los periodistas tengan y manifiesten sensibilidad social ante la realidad que se vive y que se comprometan en ese sentido con los televidentes. Den también su punto de vista pero que no impongan sus opiniones ni manipulen los datos a favor de prejuicios o intereses personales. Así como independencia de juicio.
La necesidad de la información es un rasgo propio del público, quien manifiesta bajas expectativas de que sus demandas se cumplan.
Se considera que durante las sesiones de trabajo que postula el autor, que las radios comunitarias, los periódicos recuperados por su personal, las redes de comunicación integradas por instituciones, los periodistas comprometidos socialmente, podrían ser los espacios apropiados para satisfacer esas necesidades. Como consumidores de medios quedamos entonces presos en la lógica del mercado y en prácticas altamente individualizadas, el reconocimiento de los públicos como grupos que comparten una práctica en la que se tejen acuerdo y desacuerdos, ¿ nos abre algún camino para ir compartiendo también modos de ser ciudadanos en relación con el sistema de medios hegemónico?
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